Ruta por el norte de Elche

La ciudad de Elche cuenta con uno de los mayores términos municipales de la Península, unos extensos 326 km2 en los que tienen cabida, además del núcleo urbano, una amplia superficie agrícola, extensas playas y zona de monte bajo, que merecen ser puestos en valor. Raúl Agulló, apasionado del campo ilicitano y de nuestro entorno natural, propone un proyecto para señalizar como PR-CV (sendero de pequeño recorrido) una ruta senderista que recorre una valiosa parte del norte de Elche.
La ruta tiene su punto de inicio en el Molí del Real, dentro del Parque Municipal. Como comento en otro artículo, fue un molino harinero movido por la fuerza del agua, cuyo último propietario particular fue José Coves Amorós, bisabuelo de R. Agulló.
Desde este punto, la ruta se dirige al norte siguiendo la Acequia Mayor (o Sèquia Major), junto a la cual discurre una buena parte de la ruta, y donde encontramos diferentes partidores medievales y restos de varios molinos.
La siguiente parada se sitúa en el paraje conocido como de l’Aigua Dolça i Salà, donde encontramos varios ejemplares de chopo ilicitano, especie única en Europa procedente del valle del río Éufrates, que presenta varios tipos de hoja en ejemplares adultos. Este árbol se caracteriza por su resistencia a suelos pobres y salinos, aunque los chopos de este paraje parecen no estar pasando por su mejor momento.

Continuando hacia el norte junto a la Acequia Mayor, llegamos a la presa del Pantano de Elche —la segunda más antigua de Europa, datada en el siglo XVII—, junto a la cual se ha formado un importante humedal donde habitan diferentes especies de aves; algunas de ellas en peligro de extinción. La presa fue construida en el año 1632 y se rehabilitó en el año 1842, tras una fuerte riada ocurrida en septiembre de 1793 que dejó inutilizado el pantano.
Desde la presa del pantano la ruta sigue de nuevo hacia el norte junto a la Acequia Mayor, aunque opcionalmente podemos seguir andando por el interior de esta —bajo la responsabilidad de cada cual— si llevamos linterna, ya que pasaremos por el interior de varios túneles. Observamos que la acequia no conduce agua junto a la presa, y se mantiene seca —por una rotura— hasta llegar al punto en el cual debemos seguir por la senda que cruza el pantano. Esta senda llega a los acueductos que el Obispo Tormo mandó construir para traer agua potable a Elche en el siglo XVIII. El Obispo Tormo (Don Josef Tormo, Obispo de Orihuela) fue el promotor del tercer proyecto —el primero con éxito— para traer agua potable a los ilicitanos, quienes hasta entonces tenían que recurrir a pozos pluviales (aljibes) e incluso a los pueblos vecinos para comprar agua en periodos de sequía, un mal que ha afectado a Elche desde tiempos inmemoriales. Tras varios años comprobando el caudal y la calidad de diferentes manantiales de los alrededores, finalmente, el Ayuntamiento de Elche compró la fuente de Barrenas, junto al río Tarafa (Aspe) y se comenzó a construir la conducción de aguas, incluidos los acueductos, en el año 1785. El agua llegó a Elche, por fin, en el año 1789, a una fuente de 20 caños instalada frente al Convento de la Merced.

Posteriormente, la ruta retrocede hasta enlazar con el camino que pasa junto al Racó de la Morera —un pequeño manantial enclavado en un barranco—. Muy cerca y caminando hacia el Este, por el mismo camino, encontramos los grabados (o relieves) de Mariano Ros, realizados en una antigua cantera y visitados cada domingo por multitud de ilicitanos. En este punto se observan varias canteras históricas diseminadas por la sierra, canteras que antaño proporcionaron el material necesario para levantar la Basílica de Santa María y otros edificios históricos de Elche.
Por último, ya caminando hacia el sureste por el barranco que nos trae de vuelta a la ciudad —el mismo por el cual transportaban, con carros, las rocas desde las canteras—, observamos unas carriladas de 90 cm de ancho, característica que nos revela su origen íbero.
Se trata de una ruta de gran interés medioambiental y arquitectónico. Cada uno de los rincones por los que esta discurre se detallan en el libro Rutas con historia por el entorno de Elche, el cual se encuentra disponible en las librerías de la ciudad.
Estoy totalmente de acuerdo en la señalización de la ruta que se especifica, contad con todo mi apoyo, dentro de mis posibilidades podría prestaros alguna ayuda, contando que tengo 67 años y mi capacidad física está un poco limitada.
Adelante y suerte con el proyecto.
Un saludo cordial.
Ramón Vicente Martínez Ibarra.
¡Muchas gracias por tu apoyo Ramón!
Saludos.