Las fuentes olvidadas de la sierra de Elche

La árida sierra de Elche conserva diferentes fuentes que, tiempo atrás, irrigaban las tierras del entorno.
Por sorprendente que parezca, la ciudad de Elche (Alicante) tiene sierra y, además, algunos itinerarios señalizados para hacer diferentes rutas de senderismo.
La sierra ilicitana no se caracteriza por su vegetación ni por su altitud, pues presenta un paisaje rocoso, sobre todo poblado de matorral, y una altitud máxima de 403 metros en la sierra del Tabaià.
Pese a ello, este conjunto de cerros, situados al norte del término ilicitano, alberga interesantes rincones como barrancos, ramblas, pequeñas pinadas, cuevas y abrigos, además de numerosas canteras utilizadas, al menos desde la época de los íberos, para la construcción de edificios y diferentes esculturas, como el busto íbero de la Dama de Elche y, siglos más tarde, la Torre de la Calahorra o la Basílica de Santa María.
De oeste a este, las pedanías de Elche más escarpadas son Penya de les Àguiles, Carrús, el Ferriol, Altabix, les Vall-llongues (o Vallongas), Jubalcoi, Santa Ana y Salades.
En esta área se encuentran lugares tan conocidos y frecuentados como el Pantano de Elche, cuyo origen se remonta al año 1632, o el conjunto escultórico de El Cau, el cual consiste en numerosos grabados esculpidos sobre la roca en una antigua cantera, que representan diferentes iconos de Elche.
Pero existen otros rincones en el interior de la sierra ilicitana, desconocido por muchos ilicitanos, como las antiguas minas de agua situadas en los barrancos de San Antón (o Sant Antoni), de l’Escorfer, o la mina de la finca de l’Animeta (o Animetes), entre otras.
Las fuentes más caudalosas que abastecieron a los habitantes de Elche se encontraban en las poblaciones vecinas de Aspe y Alicante. En el primer caso, el obispo Tormo promovió, a finales del siglo XVIII, la monumental canalización de aguas de la fuente de Barrenas, a la que más tarde se añadiría la fuente de Romero.
En el caso de Alicante, las aguas procedían de l’Alcoraia y llegaron a la ciudad en el primer lustro del siglo XX. Pero el aumento de habitantes, quienes también se abastecían de agua pluvial almacenada en aljibes, hizo necesaria la búsqueda de nuevas fuentes de agua potable.

En El Planet (les Vall-llongues) se encontraba un significativo surgimiento de aguas al que se atribuía una gran calidad, las cuales llegaron a la ciudad de Elche en la década de 1880.
A muy poca distancia de El Planet, hacia el sur y en el barranco de l’Escorfer, se encuentra la mina de la fuente homónima, la cual llenaba una alberca cuadrangular, hoy en ruinas y situada junto a la autovía A-7. Esta fuente fue propiedad de la compañía de Ferrocarriles Andaluces, a finales del siglo XIX, que utilizaba el agua para sus máquinas de vapor.
La mina de la fuente de l’Animeta (imagen principal de este artículo) parece haber tenido mejor suerte y, aún hoy (2017), sigue llenando una balsa circular. Se encuentra al oeste de la urbanización Bonavista (Altabix) y, aunque sus aguas se ven claras, podrían haberse contaminado con los lixiviados del vertedero situado al norte del conjunto.
La finca de l’Animeta perteneció, en las primeras décadas del siglo XX, al médico ilicitano José María López Campello, quien mandó excavar la mina y quien contrajo matrimonio con Manuela Campello (hija de Manuel Campello Antón; propietario, por entonces, de los terrenos de l’Alcúdia).
La mina de la fuente de Galán (Salades) también vertía sus aguas en una gran alberca cuadrangular, que actualmente se encuentra abandonada y en ruinas. Cerca del pantano se observan las fuentes de Ripoll y del Racó de la Morera.
La primera consiste en un pequeño pozo, situado a pocos mestros de una casa, que aún llena un pequeño depósito cercano. La segunda tiene caudal suficiente como para abastecer a unas pocas casas agrupadas en torno a esta. Otras fuentes fueron las de la Pedrera, de la Perdiguera y de la Cañada de Monforte.

Algunos de estos vestigios hidráulicos se pueden conocer haciendo una ruta de senderismo. Las minas de Galán, de l’Escorfer y de San Antón se encuentran en barrancos donde se observan antiguas marcas de carro (o carriladas) que, desde las canteras del entorno, transportaban los sillares de piedra caliza hacia Ilici. Por el barranco de San Antón discurre la ruta señalizada como PR-CV 450, que también transita el barranco del Grifo.
Asimismo, el Sendero Medioambiental del Pantano de Elche permite conocer el Canal de Desviación y la canalización (y acueductos) de agua potable del Obispo Tormo.
La mina de l’Animeta es otra de las fuentes que merecen una visita, pues desde esta se puede hacer una sencilla ruta circular por la cañada del Cantal, donde resiste un retorcido lentisco centenario.
También desde el Racó de la Morera se puede ascender a El Cau, un interesante museo al aire libre que el ilicitano Mariano Ros labró en una antigua cantera.
Conoce diferentes lugares históricos y naturales del término municipal ilicitano con el libro Rutas con historia por el entorno de Elche.
Enlaces de interés:
26 lugares históricos que ver en Elche.
Pantano de Elche: 4 rutas, historia y cómo llegar.
El Cau (Elche): 3 rutas a un fascinante museo al aire libre.
Muchas gracias x la información.
La fuente de Galan ya sale agua,han limpiado el cauce y sale un pequeño chorro de agua.Saludos
Muchas gracias por la información Francisco. Un saludo.
Como enamorado que soy de toda nuestra historia,me parece fantástica esta página
con las cosas interesantes de nuestro entorno un poco olvidadas.
Un saludo muy cordial al autor o autores y adelante, hay gente que estamos interesados
y os seguiremos.
Muchas gracias y un saludo cordial.
Ramón Vicente Martínez Ibarra
Muchas gracias por tu interés, Ramón, así como por tu labor divulgativa a través de tu blog, que está genial. Saludos.